LA FLOR DE STENDHAL
SABOR PILA
LA AVISPA
Una semana. de nuevo, una sombra amarilla. me ronda la cabeza. son las avispas. no son de mi casa, ni de mi espacio, ni de mi vida. están fuera. entran y salen de su panal sordas, lentas y mudas. salgo al balcón cada mañana. un avispero bajo el sillín de la vieja y oxidada bicicleta, presencia ruinosa de algo que fué. salgo para mirar si ahí siguen, dormidas y amontonadas. esta mañana me decido. con un palo y desde lejos, asesto un golpe que arranca medio panal, graggg, como un belcro. las avispas se vuelven locas, pero flotan en el aire tan atontadas que fácilmente entro dentro sin que apenas se me acerquen. estoy en ello, concentrada, se que hago algo necesario, apartar las avispas de mi vista, de mi vida, bajo el sillín. el panal ha quedado desprendido, sobre la rueda, expuesto al sol. he pensado que al aire y sin protección terminarán por salir todas de mi cabeza, me voy, ya, con menos sombra amarilla.
HOMBRE DENOSTADO
El hombre ha de proveer. Entendí el sentido. No hay otra "posibilidad" de ser hombre más que proveyendo. Walter puede dejar su casa, sus hijos y su mujer porque lejos, out of family, sigue siendo quien provee. Su masculinidad queda intacta aunque su mujer goce con otro, aunque crea que no lo ama. sin provisión no hay cuidado, ni vínculo. sin juego de intercambio. por eso, ellos, siguen unidos.
LA SOMBRA
me repito una y otra vez, como dos ideas fabulosamente unidas, la persona y la sombra. me lo contó the litle Dutch como quien cuenta un secreto. o enseña un tesoro que encontró mientras caminaba. ahora me veo atrapada entre una y otra. cautivada por las dos palabras, una tras otra.
la sombra como contorno informe del cuerpo que se dibuja y perfila lentamente, a veces tan nítido otras tan opaco. pienso en la joven suicida francesca y su sombra, siempre presente allí donde se fotografíaba, ella, su apariencia corporea, atenazada, fragmentada, cosificada y su sombra, borrosa, alejada, transparente, quemada. como rastro de un deseo inatrapable.
NUBE EN PANTALONES
jugar a eliminar los sentimientos, desde la frialdad de lo puramente físico sería algo perverso si no estuviera sazonado con unas risas, rodeados de un paisaje de lujo y en una piscina suficientemente agradable. apenas unos segundos de simulación bajo una media luna que sonríe con nosotros. exploración, juego. estamos jugando, quizás, a no dejar ninguna parte del cuerpo oculta. temida. recordé el verso de maiakoski prueben, como yo, a darse vuelta como un guante y ser todo labios.
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